Padre real: El flamante pavo real, ejemplo de que la belleza exterior ha de ser únicamente un
reflejo de la pureza del alma. De nada sirve únicamente ostentar lujo con sus coloridas plumas,
sabe él. El combate con su propio orgullo por su belleza externa ha sido una larga travesía
espiritual para él, y ahora que ha conseguido suprimir sus pecados, está listo para acompañar a los
Biksu a donde sea.