Gorlan: Gorlan, un antiguo humano de gran corazón, había dedicado su vida a rescatar perros
abandonados. En su aldea natal, marcada por la pobreza, los perros a menudo eran vistos como
alimento. Sin embargo, Gorlan los protegía con valentía, alimentándolos y cuidándolos. Su fe en
Júpiter lo guiaba, y un día, un milagro los salvó a todos de los aldeanos hambrientos. Hoy, los
descendientes de esos perros viven felices y saludables en las colinas sagradas de los Biksu,
convertidos en pequeños Querubines de eterna sonrisa.